martes, 13 de diciembre de 2011

Análisis del Clásico

Alexis Sanchez
BUENOS AIRES -- El Real Madrid vivió el fin de semana otro capítulo de su "complejo Barcelona", fue superado claramente en el campo de juego y perdió otro derbi más (y van...).
Como si esto fuera poco, en el inicio del partido al equipo de Mourinho se le presentó todo a favor. Ningún técnico podría imaginar un escenario más ideal: jugando de local, anotó un gol a los 22 segundos y comenzaba a soñar con sacarle nueve puntos de ventaja a su perseguidor.
Pero todo cambió rápidamente: el Barcelona de Guardiola le dio otra lección de fútbol y reveló que el Real Madrid sigue mostrándose impotente para resolver el enigma que le presenta su archirrival. Mourinho insiste una y otra vez con un planteo que le dio resultado con el Inter, pero que en el mano a mano del último año y medio apenas le sirvió para llevarse la final de la Copa del Rey, y eso gracias a Iker Casillas por encima de cualquier acierto táctico.
Las frases de Mourinho tras el partido le adjudicaron el resultado a la suerte, además de emitir las ya clásicas quejas sobre el arbitraje, reclamando una expulsión a Messi que no se sostiene si se compara con las patadas que Xabi Alonso, Pepe y Sergio Ramos le pegaron al mismo argentino. Lo que el orgullo no le permite al portugués es ver las cosas con claridad, admitir la superioridad del rival y hacer una autocrítica sobre cómo juega su equipo cuando tiene enfrente al blaugrana.
Messi v Di maria
Llega un momento en que las excusas ya no sirven, sobre todo cuando uno tiene un presupuesto de 400 millones de euros. Y eso que Mourinho es un técnico que demostró toda su valía en distintos lugares del mundo. Les da enorme agresividad y realismo a sus equipos, pero está en deuda con respecto a la cuota de fútbol necesaria para superar al Barcelona.


Da la impresión de que Mourinho sigue pensando que puede repetir ante el Barcelona lo que hizo con el Inter en la Champions 2009/2010, pero el tiempo ha demostrado que es muy difícil vencer a los de Guardiola si no se intenta, de alguna manera, cortarles el monopolio del balón. Y el Real Madrid de Mourinho eso lo ha 
ufrido más que nadie.

No hay que olvidarse tampoco que, por más aceitado que esté el funcionamiento colectivo del Barcelona, en el Madrid hay 18 internacionales que valen muchísimos millones. Y si al principio se podía entender que el merengue estaba en proceso de formación, eso ya no es válido a esta altura del año, cuando Mourinho lleva ya una temporada y media a cargo del plantel. Ya todos se conocen entre sí y conocen lo que el DT pretende de ellos.
Del lado del Barcelona, ni siquiera empezar el derbi perdiendo con un gol "desde el vestuario" los hizo cambiar su manera de vivir el fútbol. Valdés se equivocó temprano, pero después siguió jugando como si no hubiera pasado nada, sin complejos y por abajo, como lo dice el manual de estilo de su equipo.
Y eso se aplica a todas las líneas: el equipo completo persevera en lo que cree, y salvo raras excepciones en las que quema el mediocampo, plantea un juego que es un eterno recomenzar. Si no se puede por afuera, se prueba por adentro; si no se avanza por izquierda, se prueba por derecha, y todo hasta encontrar ese espacio para desequilibrar.
Hay un viejo axioma futbolero, o "dit'on", como se dice en francés, que habla de que se cansa más el que no tiene la pelota. Atención: el que quiere conservar el balón también tiene que tener disponibilidad al cien por cien, con al menos cuatro o cinco hombres moviéndose para ofrecerse como receptores. A eso hay que sumarle una gran condición técnica para tocar con precisión en velocidad, y claro, también contar con individualidades que desequilibren cuando el sistema no termina de encontrar los caminos.
Todas esas virtudes se conjugan en el equipo de Guardiola, pero ellas se hacen posibles porque todos están convencidos de cuál es el camino. Y así, termina siendo lógico que el Barcelona imponga su juego, porque cree en él ciegamente y además tiene los intérpretes más aptos.
Claro que contar con Messi también ayuda. El mejor jugador del mundo estuvo en los momentos en los que más lo necesitó su equipo. Al verlo jugar entiendo cada vez menos los reclamos del hincha argentino, que prácticamente le exige que sea campeón del mundo, cuando cada semana (y a veces dos o tres veces por semana) demuestra toda su valía. Hay otro Balón de Oro en camino, no tengan dudas.
Ya desde antes del gol del empate Messi se había anunciado haciendo una de sus típicas jugadas, en las que apila rivales hasta quedar de cara al arco, y sólo una intervención providencial de Casillas le ahogó el grito.
Después volvió a decir presente gambeteando a dos jugadores y cediéndole a Alexis Sánchez para que convierta, aunque el chileno obviamente hizo lo suyo definiendo cruzado abajo, lejos del arquero.
Lo de Sánchez es digno de destacarse también: su técnico lo eligió como primera prioridad en un partido importantísimo, relegando a dos campeones del mundo como David Villa y Pedro.
El chileno se adaptó muy rápido a la propuesta de Guardiola, en base a su velocidad, a su potencia, al buen manejo y al sacrificio, una virtud que adquirió jugando como carrilero con llegada, lo que hace que no le cueste nada presionar en la recuperación.
Cristiano Ronaldo
Y por último, quiero rescatar también a alguien que ocupó injustamente el rol de "villano". Cristiano Ronaldo no merece ni remotamente los silbidos que recibió de parte de algunos fanáticos merengues. Puede haber tenido una floja actuación, pero no creo que haya sido mucho peor que la de la mayoría de sus compañeros. También hay que darle mérito a Puyol, otro campeón del mundo que tuvo éxito en anularlo.

Pero Cristiano Ronaldo es, después de Messi, el mejor futbolista de la actualidad, y domingo tras domingo le da alegrías a la parcialidad madridista y se cansa de hacer goles. No puede ser que sea blanco de una actitud tan desagradecida. ¿O alguien escuchó silbidos para Messi cuando el Inter eliminó al Barcelona?
Y ya que recordamos la Champions, veremos si en la máxima competencia europea tenemos la suerte de vivir otra instancia del derbi. Con el partido de vuelta de la Liga pautado para el 22 de abril, sería genial tener una semifinal entre estos dos archirrivales, que se jugaría el 26/27 de abril de ida y el 3/4 de mayo de vuelta.
Por ahí anda dando vueltas también la posibilidad de que se crucen en la Copa del Rey, cuya final debería jugarse el viernes 25 de mayo. Aunque eso sería ya mucho pedir, ¿no?
Felicidades.

Escrito por Carlos Bianchi

sábado, 7 de mayo de 2011

Mourinho y la ya famosa cancion "¿Por Qué?"

Una gran composición musical 'La balada de Mou' es un tema musical que circula por la red, desde youtube y que está causando sensación. El ¿por qué? del técnico portugués en una rueda de prensa ha sido versionado a una cómica rítmica a la que cuesta trabajo no reírse, sugiero que Mourinho exija sus derechos de autor por la letra.



Carrera sin obstáculos


Barcelona vs Real Madrid
Llegamos al final del camino. Ya conocemos a los dos protagonistas del duelo más esperado, el 28 de mayo en Wembley. Barcelona y Manchester United se verán las caras en la gran final de la UEFA Champions League.
Lo lamentable es que otra vez la decepción superó a la expectativa. Los clásicos de España dieron que hablar más afuera que dentro de la cancha y la serie entre Manchester United y Schalke se definió en los primeros 90 minutos. Veamos qué dejó cada cruce.
SE REPITIÓ EL LIBRETO

Tuve la posibilidad de presenciar los dos primeros partidos de este póker de clásicos y no me dejaron gran cosa. En el duelo del Bernabéu, Barcelona se aseguró el título de Liga y en Mestalla, Real Madrid se llevó la Copa del Rey. En las semis de Liga de Campeones no cambió nada. Uno quería jugar y el otro hacía lo imposible para no dejarlo.

Cuando veo jugar al Barcelona sé lo que me va a dar. Ya no miro más cómo juega. Ahora le presto atención a su adversario, esperando que finalmente algún equipo le encuentre la vuelta al monopolio del balón que ostenta el conjunto culé. Aguardo el día en que algún adversario le presente guerra en el mediocampo. Pero no guerra física como el Madrid, sino física con fútbol.
Barcelona
Getty Images
Villa celebra con Pedro, autor del gol blaugrana
Barcelona, con su tenencia de balón habitual, terminó jugando del mediocampo hasta la puerta del área grande, en 35 por 70 metros. Con su claro objetivo de defenderse, Real Madrid buscó achicar espacios para sacarle posibilidades al contrario. Pero eso también implica una propia resignación de jugadas de gol. Sólo si priman las cualidades individuales se puede desnivelar. De hecho, en ese primer tiempo, la visita no pateó al arco.
Otra vez, el Real fue a no pasar el ridículo. Estaba entregado luego del 0-2 en Madrid. Sabía que podía sufrir si lo iba a buscar. Y al final, Pedro se metió en los 10 m. que quedaron entre el central y el lateral, y aprovechó la pelota en profundidad de Iniesta para abrir el marcador. El defensor tiene que pensar primero en ser defensor. Eso no pasa con Marcelo. En la ida Afellay lo desbordó fácilmente en el primer gol de Messi y en la revancha, Pedro le ganó el interior.
Diez minutos después, el Merengue consiguió el empate. La filosofía de Barcelona de salir jugando desde el fondo le jugó una mala pasada. Se perdió la pelota en la mitad y llegó la rápida contra que derivó en la igualdad de justamente Marcelo, tras el tiro en el palo de Di María.
Después de la eliminación, los jugadores de Real Madrid dieron excusas de todo tipo, pero son los primeros en saber que no intentaron en ningún momento cambiar la táctica para revertir la historia. Cuando no se está convencido, se aceptan sin chistar las indicaciones del técnico.
En relación a la polémica del Camp Nou, para mí no hay falta de Piqué. Basta con ver cómo pone el cuerpo el defensor para interpretar que Ronaldo se lo lleva por delante. Aunque sin intención, Cristiano se cayó sobre Mascherano y el árbitro vio el contacto. De Bleeckere cobró enseguida, incluso antes que remate Higuaín. A propósito de eso, por haber sido delantero, puedo decir que no se patea tan tranquilo si no se escucha el silbato. Todo lo que viene después no tiene valor. El belga no dirigió mal, quizás fue demasiado complaciente con jugadores que hicieron del anti-juego un leitmotiv. Sorprendió ver a un punta como Adebayor con tanta agresividad en la marca.
Se habló mucho sobre las relaciones entre los jugadores de Barcelona y Real Madrid. Si fuera Vicente Del Bosque, en la primera citación lo reuniría a todos y sería lo más claro posible. Les diría que son profesionales y también españoles. La rivalidad de sus clubes la tienen que dejar de lado y pensar que la selección está por encima de todo. El que no está de acuerdo con esto, puede irse. Eso haría yo.
Otra cuestión muy comentada fue la batalla de los técnicos. Es cierto que a veces un entrenador puede tomar mucha importancia en los medios o influir sobre el modo de jugar de su equipo. Pero son los periodistas los que conocen cómo es la persona, cómo se maneja, y deben juzgar si es relevante hablar de determinado tema referido a un DT fuera del campo. Siento que al verdadero espectador de fútbol no le interesa todo eso.
En suma, el clásico fue aburrido. Lo hace aburrido Barcelona, al monopolizar tanto el balón. Las jugadas se suceden durante los 90 minutos, siempre iguales. Los partidos no son agradables. No se ve confrontación de igual a igual.
Manchester United
AP
Valencia jugó un muy buen partido ante Schalke
LA REVANCHA ESTUVO DE MÁS


El de Old Trafford fue un partido de compromiso para Manchester United. Sólo la brillante actuación de Neuer en la ida retrasó un final anunciado. Pero en Inglaterra, el arquero no respondió de igual forma. El segundo, de Gibson, se lo hace él.

Manchester terminó confirmando lo que se creía: tiene dos equipos. Si están todos sanos se puede dar el lujo de cuidar a sus jugadores, como hizo frente a Schalke en la previa de un partido complicado de la Premier ante Chelsea.
Con una gran performance del ecuatoriano Antonio Valencia, Los Diablos Rojos golearon 4-1 a Schalke y avanzaron con un global de 6-1. Se despidió Raúl con todos los honores. Por la mala temporada en la Bundesliga, el artillero histórico no volverá a jugar la Champions.
Es verdad que el United, con futbolistas que recorren el último tramo de sus carreras, al principio no convencía. Pero fue de menor a mayor. Llega a punto a la final. Bah, eso parece. Porque la final es en tres semanas y el fútbol va muy rápido. Dos resultados pueden alterar la producción.
Ferguson es el que más conoce al plantel y sabe qué riesgo correr. A decir verdad, luego del 2-0 no corría demasiado riesgo ante los alemanes. Guardiola, en cambio, podría haber hecho descansar a Messi el sábado pasado contra Real Sociedad y no lo hizo. El jugador siempre pide estar. Pero el entrenador debe ser consciente que una lesión llega en cualquier momento. Recuerdo que me perdí una final de Copa de Francia porque me rompieron la costilla en el ultimo minuto de la semi. Una baja repentina compromete todo. No es lo mismo Barcelona con Messi que sin él.
Barcelona llega a su tercera final en seis años. No es casualidad. Johan Cruyff dijo que este equipo es la continuidad de un estilo de juego que tuvo dos mentores: Rijkaard y Guardiola. No nos olvidemos que Manchester juega 4-3-3 y le puede complicar la salida a la defensa blaugrana. Veremos si finalmente se convierte en el primero en encontrarle la vuelta.
Pero esa es otra historia. El 28 de mayo tendremos la respuesta.
No quiero despedirme sin compartir con ustedes la sorpresa que me generó la hecatombe del fútbol brasileño en la Copa Libertadores. Cuatro de sus representantes quedaron eliminados el miércoles a la noche y dos de ellos de local. Toda una rareza.

Escrito por Carlos Bianchi

sábado, 30 de abril de 2011

Messi juega Ping Pong

Otro comercial, esta vez de Herbalife, Messi juega contra uno de los mejores de Asia en la disciplina. Fantasioso, pero, ¿acaso no es una fantasía hecha realidad lo que hace Lío en el terreno de juego? 


viernes, 22 de abril de 2011

¿No hay dos sin tres?


Por segunda vez en cinco días, el Real Madrid de Mourinho le encontró la vuelta al Barcelona de Guardiola. Y en esta ocasión, el premio fue aún mayor: la Copa del Rey.
La gran pregunta es, luego de dos intentos exitosos: ¿podrán Mourinho y el Real Madrid repetir en una tercera, y hasta una cuarta ocasión, el éxito táctico en las próximas dos semanas?
Ahora viene la prueba final: las semifinales de la UEFA Champions League. Con un Barcelona cada vez más cerca de repetir su título en la Liga de las estrellas, y con el Madrid ya dueño de la Copa del Rey, la competencia europea puede ser el elemento que desequilibre la balanza a la hora de juzgar quién fue más exitoso esta temporada. Y eso sabiendo que quien sea que pase podría perder la final ante Manchester United o Schalke 04. Es que dejar afuera al archirrival en una instancia decisiva tiene un peso específico muy importante.
Pero para pensar un poco más en lo que puede venir, volvamos a la final de la Copa: lo que se había vislumbrado en un opaco partido de Liga el sábado en el Bernabeu se repitió y se potenció en Mestalla: Real Madrid dispuso un esquema que privilegió el impedir el despliegue ofensivo del Barcelona por sobre sus propias intenciones de generar juego.
Real Madrid v Barcelona

La disposición del mediocampo habla por sí sola: Pepe, Xabi Alonso y Khedira son jugadores con más predisposición al quite y al roce que a la creación. Y si encima Ozil y Di María terminan más preocupados por tapar las subidas rivales que por el arco que tienen adelante, eso deja a Cristiano Ronaldo solo por todo el frente de ataque.
Con ese esquema de un lado y la tradicional predisposición a tocar y tocar por el otro, las estadísticas reflejaron una diferencia abismal en el manejo del balón: 66% para el Barcelona en un primer tiempo en el que el Madrid opuso bastante resistencia, y 71% en el segundo tiempo, en el que los blaugranas fueron claros dominadores.
¿Por qué, entonces, no ganó el Barcelona? Primero hay que hablar de una actuación fenomenal de Iker Casillas. Sacó tres pelotas bárbaras en tan sólo seis minutos: una a Messi, una a Pedro y una a Iniesta. En ese momento, Barcelona merecía una diferencia en el marcador, pero no pudo concretarla -o mejor dicho, Casillas no los dejó-.
De cualquier manera, también vengo notando en el Barcelona una especie de automatización, sobre todo en los últimos 30 metros, donde antes muchos jugadores hacían diferencia. Hoy le falta repentización en esa zona clave: el único que parece capaz de algo distinto es Messi, y evidentemente con él solo no alcanza. Pedro luce un poco falto de explosión, David Villa está bajo y Xavi e Iniesta no consiguen llegar tan fácil a zona de gol ante un adversario que se les cierra tanto y tan atrás.
Y también hay otro aspecto de ese libreto tan repetido que debería preocupar al Barcelona: sus defensores parecen más preocupados por atacar que por cumplir con su función primordial, que es defender. Así sucedió en el gol de Cristiano Ronaldo, en el que Adriano volvió tarde de una maniobra ofensiva, permitiendo el desequilibrio que terminaría en la conquista decisiva.
Ante tal panorama, e incluso evaluando la "ventaja moral" que significa paraReal Madrid haber conseguido dos victorias tácticas seguidas, uno podría argumentar que los de Mourinho llevan las de ganar en la Champions. Y la respuesta es no: Barcelona sigue siendo el mejor equipo y me parece que llega como favorito a la serie semifinal, aun sabiendo que Guardiola seguramente repetirá formación y esquema y no intentará nada raro para "encontrarle la vuelta a quien le encontró la vuelta".
Lo hecho por Barcelona en los últimos años es impresionante y un placer para los ojos de los amantes del fútbol. Se han mantenido de manera regular entre los mejores de prácticamente todas las competencias en las que participaron, y esta Champions no debería ser la excepción. Tienen jugadores como para desequilibrar y un esquema que suele abrumar a sus rivales. Por algo Mourinho eligió ser tan defensivo: es un reconocimiento tácito de la superioridad del rival.
Sí es cierto que, en lo táctico, Mourinho ganó las últimas dos batallas. Pero recuerden que esto es fútbol y siempre hay enorme lugar para los imprevistos: un gol tempranero del Barcelona, una lesión que obligue al Madrid a un cambio posicional o cualquier otra situación que se salga de lo regular obligará a los protagonistas a ajustarse a las nuevas condiciones.
Dicho esto, deseo y espero que algo así suceda: en los dos duelos de estos días, me quedé con ganas de ver mucho más fútbol. Barcelona lo tiene, pero lo maniataron; Real Madrid también lo tiene, pero eligió no usarlo.
Ojalá que el enorme potencial de los dos se despliegue al máximo en las dos semanas que tenemos por delante.
Felicidades.

Escrito por: Carlos Bianchi